OTITIS MEDIA
La otitis Media es reconocible por la presencia de líquido (con o sin pus), llamado exudado y que se produce por una inflamación en la cavidad del oído medio, localizado justo detrás del tímpano.
Se produce cuando la trompa de Eustaquio se obstruye por distintos motivos. La función de esta es drenar el líquido que se produce en el oído medio, por lo que, cuando se obstruye, es posible que se acumule ese líquido y se produzca una infección.
Suele producirse por complicación de catarros y otras infecciones.
Es uno de los problemas auditivos más frecuentes en la infancia y una de las principales consultas al pediatra. Ya sea de origen viral o bacteriano, la persistencia de este problema durante varios meses pueda dar lugar a la pérdida de audición en niños.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma principal es la presencia de dolor de oído, acompañado o no de supuración. Estos casos pueden ir acompañados de otros síntomas como la fiebre, malestar general, irritabilidad…
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de elección tras el diagnóstico es la analgesia.
Suele ser suficiente ibuprofeno o paracetamol por vía oral a las dosis habituales, pero el ibuprofeno muestra un perfil de actuación mejor debido a su doble acción analgésica y antiinflamatoria.
En caso de otitis media aguda con perforación si debería tratarse con antibiótico durante 10 días.
En cualquier caso será el pediatra quien decida en cada circunstancia si el antibiótico es necesario, y qué tipo de antibiótico es el más indicado.
¿Cómo se previene?
La higiene nasal y la aspiración de los mocos, evitará que éstos se acumulen en la trompa de Eustaquio.
OTITIS EXTERNA
También es conocida como “oreja de nadador”. Es la inflamación de la piel del conducto auditivo externo, que transporta al tímpano los sonidos del exterior.
Generalmente, este tipo de otitis solo ocurre cuando nuestro oído está en contacto con el agua de forma intensiva, como por ejemplo en la playa o la piscina, ya que favorece el desarrollo de hongos y bacterias. Aunque no siempre es así, otras veces también puede ser causado por alergias, eccemas, heridas por arañazos o daños en el oído provocados con algún objeto.
El síntoma principal es el dolor de oído, que puede ir de una simple molestia a un dolor intenso.
¿Cuáles son los síntomas?
Puede comenzar con picor de oído o del conducto auditivo. Después, el síntoma principal es el dolor de oído, el cual puede ser intenso. Empeora cuando se tira de la oreja, se mastica o se hace presión como para tapar el oído.
Es posible que el conducto del oído se ponga rojo o se hinche y que los ganglios que están delante aumenten de tamaño y duelan. La hinchazón del canal auditivo puede hacer que el niño se queje de que lo siente tapado; de hecho, el orificio del conducto puede hacerse más pequeño, provocando sordera temporal.
A veces, sale del oído una secreción líquida que al principio suele ser de un color claro, pero después se torna más espesa y amarillenta como el pus.
La otitis externa no suele producir fiebre y no es contagiosa.
¿Cuál es el tratamiento?
En la mayoría de los casos el médico recetará unas gotas para los oídos que pueden contener antibióticos. A veces llevan corticoides para disminuir la hinchazón del canal auditivo. Pocas veces, únicamente en las infecciones más graves, es necesario tomar antibióticos por vía oral.
Para aliviar el dolor se pueden utilizar calmantes habituales como el ibuprofeno y el paracetamol.
Tras iniciar el tratamiento, los niños empiezan a sentirse mejor en uno o dos días. La otitis externa por lo general se cura en unos pocos días. Durante el tratamiento es importante que no entre nada de agua en los oídos.
¿Cómo se previene?
Después de pasar tiempo en el agua, los niños deben secarse con cuidado las orejas utilizando una toalla, e inclinar la cabeza hacia ambos lados para facilitar que el agua salga. Los oídos se deben mantener secos tras estar expuestos a la humedad. El uso de tapones puede ser recomendable como medida preventiva cuando se es propenso a estas otitis.
No se deben meter objetos en los oídos, como los bastoncillos con la punta de algodón. Los oídos se limpian ellos solos de la cera que contienen y no es recomendable realizar ninguna maniobra para extraerla.