Carmen Sarabia, profesora de Enfermería de la Universidad de Cantabria y miembro de la Unidad de Investigación en Cuidados y Servicios de Salud (Investén-isciii), ayuda a resolver algunas de las principales dudas relativas al uso, higiene y cuidado de las mascarillas.
¿Se puede reutilizar la mascarilla? ¿Cuántas veces?
La vida útil depende del tipo de mascarilla. Las llamadas higiénicas, las desechables básicas que encontramos en las farmacias, están pensadas para usarse unas ocho horas seguidas y luego tirarlas. Claro que si uno las usa sólo para ir a comprar el pan, no hace falta gastar una cada vez. Se puede guardar tras cada uso en una bolsa o recipiente de plástico que cierre herméticamente, y reutilizarla hasta alcanzar esas aproximadamente ocho horas de vida útil.
Si la mascarilla es de tela, se puede reutilizar lavándola a una temperatura de al menos 60º. Puede usarse mientras no se deteriore el tejido y mantenga un buen ajuste.
En el caso de las mascarillas quirúrgicas (azules o verdes) –“que son las recomendadas por la OMS y las que deberíamos usar todos por la calle y en espacios públicos porque evitan que salgan los virus con mi exhalación y, por tanto, si las usamos todos se evitarían los contagios”, enfatiza Sarabia– pueden aguantar entre 8 y 12 horas de uso, y se pueden reutilizar si solo se han usado un rato guardándolas en bolsas o recipientes de plástico herméticos, como las básicas.
Las mascarillas autofiltrantes, las N95 (con forma de pico de pato), las FFP2 y las FFP3 (que en principio deberían estar reservadas para el personal sanitario y muchos expertos desaconsejan para la población general), tienen una vida útil entre las 8 y las 20 horas, en función del fabricante. Pasado ese tiempo han de desecharse, salvo las que llevan la letra R, que se pueden esterilizar para volver a utilizarse.
¿Se puede desinfectar? ¿Colgada al sol? ¿Con alcohol? ¿Con lejía?
Las mascarillas higiénicas y las quirúrgicas no deben desinfectarse. Ni siquiera dejarlas tendidas para ventilarse. Y menos exponerlas al sol durante días para que “se muera el virus” o rociarlas con alcohol, geles desinfectantes o lejía. “El tejido es tan especial que los cambios de temperatura no le van bien, de modo que si se ha usado poco rato, se guarda en una bolsa o recipiente hermético hasta que vuelva a necesitarse, y si no, se tira, pero nada de limpiarlas”, remarca Sarabia.
Tampoco es necesario desinfectar o esterilizar las de tela, basta lavarlas en la lavadora, con la colada, a temperaturas superiores a 60º.
Las únicas mascarillas que se pueden esterilizar son las autofiltrantes marcadas con la letra R. La forma de hacerlo en casa es poner agua a hervir y dejarlas colgadas entre 20 y 30 minutos para que el vapor las higienice.
Si se humedecen, ¿se pueden secar?
Los expertos explican que, se haya usado mucho o poco rato, si una mascarilla se humedece porque estamos resfriados, porque sudamos mucho, porque se moja con la saliva... hay que desecharla de inmediato porque la humedad hace que proliferen los microorganismos y en vez de protegernos, ese cubrebocas puede convertirse en foco de infecciones.
Si la mascarilla se humedece un poco como consecuencia de la lluvia, no de nuestros fluidos corporales, sí puede dejarse secar y seguir utilizándola. Si se moja mucho, entonces es mejor desecharla porque el tejido se deteriora.
Si llego a un sitio donde no la necesito o he de quitármela, ¿qué hago con la mascarilla? ¿La dejo en la barbilla? ¿La llevo en la mano?
Igual que ya no saldremos de casa sin mascarilla tampoco deberíamos hacerlo sin su “estuche”, una bolsa o cajita de plástico (o metal) que cierre herméticamente donde guardarla cuando no la usemos. Pero ¡ojo a la hora de quitársela! Hay que usar las dos manos y retirarla desde las sujeciones de las orejas, sin tocar la parte externa del cubrebocas.
¿Y en el coche?
Está desaconsejado el uso de las mascarillas de mayor protección, como las ffp3, en el coche o lugares con poca ventilación, porque si se ajustan bien se reduce la transmisión de oxígeno y de dióxido de carbono y podrían provocar mareos o desvanecimientos.
¿Cómo guardarlas?
Tanto en casa como fuera de ella las mascarillas deben guardarse y conservarse en un recipiente hermético. Una bolsa de plástico con cierre zip, de las que se usan para congelar alimentos, es suficiente. O un pequeño táper.
Fuente: Periódico La vanguardia.