miércoles, 9 de septiembre de 2020

LO QUE SABEMOS Y LO QUE NOS QUEDA POR SABER DEL CORONAVIRUS

A modo resumen podemos decir que el coronavirus es:

Un virus nuevo, para el que no hay inmunidad previa en la población, que se transmite por vía aérea, cuya enfermedad tiene un periodo de unos días en el que el enfermo puede estar presintomático pero contagioso y en la que también hay personas asintomáticas que pueden transmitir la enfermedad. 

Lo que sabemos

  1. Sabemos quién es

    En solo cuestión de días, se supo quién era: un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2. La obtención de su genoma completo ha permitido investigar sobre su origen y su relación con otros coronavirus, desarrollar sistemas de detección molecular como la RT-PCR, sistemas de identificación y rastreo como Next-Strain, que permite seguir la evolución del virus a tiempo real.

    Todo esto está permitiendo la detección y rastreo de los nuevos casos y brotes como jamás antes se había hecho en la historia.

    El diagnóstico temprano junto con el rastreo de los casos y la cuarentena de los contactos es lo que nos puede evitar el confinamiento de la población.

  2. Conocemos su ciclo biológico, cómo entran a las células

    Sabemos cómo el virus SARS-CoV-2 usa la proteína S de su envoltura para unirse al receptor ACE2 de nuestras células y que las proteasas celulares (la furina y la TMPRSS2) facilitan su entrada al interior. Como ese receptor y esas proteasas están en gran cantidad de tejidos del cuerpo humano, el virus puede infectar muchos tipos de células diferentes: neumocitos, enterocitos, células secretoras nasales, riñón, endotelio, corazón.

    Esta información ha sido esencial para proponer posibles tratamientos y el desarrollo de los candidatos a vacunas.

Infografía: El pais.

 

3. La COVID-19 es mucho más que una neumonía  

Conocemos mucho mejor la enfermedad. Aunque en un principio la COVID-19 se describió como una neumonía atípica grave, a diferencia de muchas otras enfermedades respiratorias este coronavirus genera una hipoxemia silenciosa priva de oxígeno al paciente sin que la respiración se vea afectada, llegando a saturaciones del 70 %.  

Además, un número alto de pacientes sufre problemas de coagulación y una respuesta inmune exagerada que acaban en embolias pulmonares, infartos, ictus, problemas hepáticos, de riñón, e incluso alteraciones en el sistema nervioso. 

Además, ahora se tienen mejor identificados los grupos de riesgo: personas mayores, pacientes con comorbilidad, diabéticos, obesos…  

Esto ha supuesto que los tratamientos, todavía experimentales, y el    cuidado de los enfermos hayan mejorado, porque se monitoriza mejor a los pacientes  y se entiende mejor la evolución de la enfermedad.

        

         4. Entendemos mejor la dinámica de transmisión del virus

 El SARS-CoV-2 se transmite principalmente de persona a persona mediante las gotículas respiratorias, por vía aérea y el contacto física.

La transmisión por gotículas se produce cuando una persona entra en contacto cercano (menos de 1 metro) con un individuo infectado y se expone a las gotículas que este expulsa, por ejemplo, al toser, estornudar o acercarse mucho, lo que da como resultado la entrada del virus por la nariz, la boca o los ojos.

El virus se puede transmitir también por objetos contaminados (fómites)  presentes en el entorno inmediato de la persona infectada.

Sabemos que los asintomáticos pueden tener la misma carga viral que los sintomáticos y que pueden ser un vector transmisor importante, aunque todavía no sabemos si de igual forma.

      
Lo que nos queda por conocer

 1. ¿Por qué muchas personas no presentan síntomas?

Se ha sugerido que puede ser por desarrollar una respuesta inmune rápida, por presentar una inmunidad previa por una reacción cruzada con otros coronavirus, por factores genéticos o porque la carga viral sea muy baja en el momento de la infección.

En los niños pequeños  se ha sugerido además que pueden tener un sistema inmune inmaduro que no desarrolle esa tormenta de citoquinas que parece ser uno de los factores que agrava la enfermedad, o que la frecuencia de estímulos inmunológicos recibidos por las vacunas infantiles tengan cierto papel protector inespecífico contra el coronavirus. Pero todavía no lo sabemos a ciencia cierta.

2. ¿Qué papel juegan la inmunidad cruzada y las reinfecciones?

Aunque es una hipótesis que gana peso (personas no expuestas al SARS-CoV-2 que tienen una inmunidad celular T con memoria por reacción cruzada con los coronavirus responsables de los resfriados), no sabemos todavía que influencia tiene esto en la COVID-19.

Lo mismo ocurre con la posibilidad de reinfectarse: ¿cuánto dura la inmunidad?, ¿de qué depende en este caso concreto?, ¿el haber pasado la enfermedad, protege, cuánto, hasta cuándo?, ¿ es posible la reinfección?, ¿qué pasa con esos pacientes que mejoran, están incluso días sin síntomas y vuelven a recaer?, ¿son reinfecciones, recaídas, mal curados, mal diagnosticados?, ¿cuál es la carga viral, la cantidad de virus necesaria para la infección?, ¿influye eso en los síntomas o en la gravedad de la enfermedad?

3. ¿Qué efecto tiene la COVID-19 a largo plazo?

Un porcentaje de los pacientes sufre secuelas más o menos importantes, que van desde la disnea y la fatiga, hasta daños en tejidos y órganos como pulmones, articulaciones y corazón, alteraciones neurológicas e hipertensión. 
¿Puede acabar la COVID-19 siendo una enfermedad crónica?

4. Diagnóstico rápido y diferencial

Tenemos la tecnología pero necesitamos que llegue al ciudadano. Para el control de los brotes, necesitaríamos acabar de implementar sistemas de autodiagnóstico rápido, sencillos y baratos que no requieran muestras de sangre, a partir de saliva por ejemplo, y que uno mismo pudiera realizarlos en su propia casa o lugar de trabajo y de forma repetida.

Esto permitiría una monitorización individual de la posible infección. Aunque la sensibilidad sea más baja que las técnicas moleculares como la PCR, la sencillez y la posibilidad de repetir el test con frecuencia podrían hacer que este tipo de herramientas fueran muy útiles para el cribado de la población. 

Como es muy probable que el SARS-CoV-2 conviva en los próximos años con otros patógenos respiratorios, es necesario disponer de sistemas de diagnóstico diferencial que permitan distinguir rápidamente si se trata de una infección por SARS-CoV-2, otros coronavirus, gripe, virus respiratorio sincitial, u otros.


¿Está cambiando el virus?

Por último, una pregunta frecuente: ahora que se detectan muchos más asintomáticos, ¿se está debilitando el virus.

El virus ni se está debilitando ni se está haciendo más virulento, no tenemos evidencias en este momento de que haya cepas más o menos virulentas. 

El SARS-CoV-2 es relativamente estable, al menos mucho más que otros virus como el de la gripe, que es el campeón de la variabilidad. Eso es debido a que tiene un mecanismo de control de las mutaciones, una proteína (nsp14-ExoN) que actúa como una enzima capaz de reparar los errores que pueden ocurrir durante la replicación del genoma.

Lo que está ocurriendo ahora, la sensación de que hay menos casos graves, no es  debido a una mutación del virus, a que sea menos virulento. Es debido a otros factores extrínsecos al virus:

 - Estamos detectando muchos más casos asintomáticos porque se hacen más PCR y se están rastreando los brotes.

 - Las medidas que hemos tomado (mascarilla, higiene, distanciamiento…) están evitando que el virus llegue a las personas más susceptibles, que se están protegiendo mucho mejor y toman precauciones; quizá estas medidas también contribuyan a que la carga viral sea menor. 

 - El tratamiento médico ha mejorado, ahora sabemos algo más sobre la enfermedad y los médicos saben a qué se enfrentan y comienzan los tratamientos antes. 

 - El sistema sanitario ya no está colapsado y se pueden atender mucho mejor los casos que llegan a ingresar y a las UCI. Pero el virus no parece que se  haya atenuado y si infectara ahora a una persona susceptible (mayor de 75 años con patologías previas, por ejemplo), en principio la enfermedad sería igual de grave.

 Sin embargo, esto no quiere decir que no existan mutaciones. Se ha identificado alguna mutación que puede afectar a la capacidad de infección del virus.


Fuente: The conversation.com.                                                          

Articulo publicado originalmente en el blog de Ignacio López-Goñi. Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra.








viernes, 4 de septiembre de 2020

" LA VUELTA AL COLE"

Aunque aún quedan varios dias de verano, septiembre marca el final de la estación estival. Algunos apuran estos últimos dias para disfrutar de sus vacaciones y cerrar la temporada de playa y calor. 

Septiembre sin duda es el mes de la vuelta a la rutina, y la "nueva normalidad" llega justo para la vuelta al cole.

El nuevo curso escolar esta a punto de empezar y los alumnos preparan sus mochilas y libros junto con sus mascarillas e hidrogeles, los nuevos complementos escolares, en medio de un año de incertidumbres.

Después de un verano peculiar, volvemos a la rutina de todo, incluso de las comidas. Atrás dejamos los platos ligeros y el saltarnos alguna comida que sustituiamos por algún que otro helado. En los supermercados quedan las últimas sandias y melones y empiezan a aparecer muchas novedades, como las uvas, los melocotones de Calanda, los champiñones… Y arranca la temporada de la manzana y otras frutas que se irán consolidando a medida que nos adentremos en el otoño.

Hoy os presentamos las frutas y verduras que podréis aprovechar durante todo el mes.

Frutas y verduras de septiembre 

 

                                                                                     Silvia Casas, enfermera CS Fraga

lunes, 31 de agosto de 2020

INFOGRAFÍAS PARA LAS FAMILIAS: COLEGIOS E INSTITUTOS

Ante la preocupación de las familias para la vuelta al cole os publicamos estas infografías que ha diseñado la Dra. Izuierdo, pediatra de la Muela perteneciente al Centro de Salud de Épila.





lunes, 24 de agosto de 2020

¿QUÉ ES LA FIEBRE DEL NILO?

España se ha visto afectada recientemente por otro virus: El virus del Nilo Occidental.                                 

Virus del Nilo: "Mai nessun caso in provincia"

Foto: Clinica del viajero, UNAM.

¿Cómo se trasmite a los humanos?

El virus del Nilo Occidental se transmite a las personas principalmente por la picadura de mosquitos infectados. Generalmente son mosquitos del género Culex

El virus del Nilo Occidental se mantiene en la naturaleza mediante un ciclo de transmisión mosquito-ave-mosquito. Las aves son los reservorios del virus.Tanto el ser humano como el caballo son hospedadores finales, lo cual significa que se infectan pero no propagan la infección. 

La infección del ser humano suele ser el resultado de las picaduras de mosquitos que se infectan cuando pican a aves infectadas, en cuya sangre circula el virus durante algunos días. El virus pasa a las glándulas salivales del mosquito, que cuando pica puede inyectar el virus a los seres humanos y los animales, en los que luego se multiplica y puede causar enfermedad.

Los mosquitos transportan las mayores cantidades del virus a principios del otoño, por lo que más gente contrae la enfermedad a finales de agosto y principios de septiembre. El riesgo de padecerla disminuye entonces a medida que el clima se vuelve más frío y los mosquitos comienzan a extinguirse.

Aunque muchas personas son picadas por los mosquitos portadores del virus del Nilo Occidental, la mayoría no saben que han resultado infectadas.


 Detectado un caso de 'fiebre del Nilo' en Gibraleón

Infografia: Huelvaya.es

¿Cuales son los síntomas?

La infección por el virus del Nilo Occidental es asintomática en aproximadamente un 80% de las personas infectadas.

Aproximadamente un 20% de las personas infectadas por este agente patógeno presentan la fiebre del Nilo Occidental, que se caracteriza por fiebre, dolores de cabeza, cansancio, dolores corporales, náuseas, vómitos y, a veces, erupción cutánea (del tronco) y agrandamiento de ganglios linfáticos. La mayoría de las personas con este tipo de enfermedad se recuperan completamente, sin embargo, la fatiga y la debilidad pueden durar semanas o meses.

Pocas personas presentan síntomas graves. Menos del 1 % de las personas infectadas presentarán enfermedad neurológica grave como la encefalitis o meningitis (inflamación del cerebro o tejidos que lo rodean).

  • Los síntomas de enfermedad neurológica pueden causar dolor de cabeza, fiebre alta, rigidez en el cuello, desorientación, temblores, convulsiones o parálisis.
  • La enfermedad grave puede ocurrir en personas de cualquier edad. Sin embargo, las personas mayores de 60 años corren el mayor riesgo de enfermarse gravemente. Las personas con ciertas afecciones, como cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedad renal y las personas que han recibido trasplantes de órganos, también corren mayor riesgo de enfermarse gravemente.
  • Recuperarse de la enfermedad grave puede llevar varias semanas o meses. Algunos de los efectos neurológicos pueden ser permanentes.
  • Cerca del 10 % de las personas que presenten infección neurológica debido al virus del Nilo Occidental morirán.

El periodo de incubación suele durar entre 3 y 14 días.


¿Hay tratamiento para este virus?

  • No hay una vacuna ni tratamientos antivirales específicos para la infección del virus del Nilo Occidental.
  • Se pueden usar analgésicos para reducir la fiebre y aliviar algunos síntomas.
  • En los casos más graves, generalmente se tienen que hospitalizar a los pacientes para que reciban tratamiento sintomático, como líquidos por vía intravenosa, medicamentos para el dolor y cuidados de enfermería.

      
Fuente: Centros para el control y prevención de enfermedades. (CDC) y  who.int (OMS).
                             

jueves, 20 de agosto de 2020

SOLICITAR CITA

Se activa de nuevo la APP Salud Informa para pedir cita.

1. Puedes pedir cita desde la APP o bien llamando por teléfono al 974 47 25 17.

2. La cita es no presencial. El profesional con el que has pedido cita se pondrá en contacto contigo vía telefónica.

3. Si es necesario, el profesional te citará en el centro de salud para valoración.


 


miércoles, 19 de agosto de 2020

OTITIS

OTITIS MEDIA

La otitis Media es reconocible por la presencia de líquido (con o sin pus), llamado exudado y que se produce por una inflamación en la cavidad del oído medio, localizado justo detrás del tímpano.

Se produce cuando la trompa de Eustaquio se obstruye por distintos motivos. La función de esta es drenar el líquido que se produce en el oído medio, por lo que, cuando se obstruye, es posible que se acumule ese líquido y se produzca una infección.

Suele producirse por complicación de catarros y otras infecciones.

Es uno de los problemas auditivos más frecuentes en la infancia y una de las principales consultas al pediatra. Ya sea de origen viral o bacteriano, la persistencia de este problema durante varios meses pueda dar lugar a la pérdida de audición en niños.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma principal es la presencia de dolor de oído, acompañado o no de supuración. Estos casos pueden ir acompañados de otros síntomas como la fiebre, malestar general, irritabilidad…


¿Cuál es el tratamiento?


El tratamiento de elección tras el diagnóstico es la analgesia

Suele ser suficiente ibuprofeno o paracetamol por vía oral a las dosis habituales, pero el ibuprofeno muestra un perfil de actuación mejor debido a su doble acción analgésica y antiinflamatoria


En caso de otitis media aguda con perforación si debería tratarse con antibiótico durante 10 días.


En cualquier caso será el pediatra quien decida en cada circunstancia si el antibiótico es necesario, y qué tipo de antibiótico es el más indicado.


¿Cómo se previene?

La higiene nasal y la aspiración de los mocos, evitará que éstos se acumulen en la trompa de Eustaquio.


OTITIS EXTERNA

También es conocida como “oreja de nadador”. Es la inflamación de la piel del conducto auditivo externo, que transporta al tímpano los sonidos del exterior.

Generalmente, este tipo de otitis solo ocurre cuando nuestro oído está en contacto con el agua de forma intensiva, como por ejemplo en la playa o la piscina, ya que favorece el desarrollo de hongos y bacterias. Aunque no siempre es así, otras veces también puede ser causado por alergias, eccemas, heridas por arañazos o daños en el oído provocados con algún objeto.

El síntoma principal es el dolor de oído, que puede ir de una simple molestia a un dolor intenso.


¿Cuáles son los síntomas?

Puede comenzar con picor de oído o del conducto auditivo. Después, el síntoma principal es el dolor de oído, el cual puede ser intenso. Empeora cuando se tira de la oreja, se mastica o se hace presión como para tapar el oído.

Es posible que el conducto del oído se ponga rojo o se hinche y que los ganglios que están delante aumenten de tamaño y duelan. La hinchazón del canal auditivo puede hacer que el niño se queje de que lo siente tapado; de hecho, el orificio del conducto puede hacerse más pequeño, provocando sordera temporal.

A veces, sale del oído una secreción líquida que al principio suele ser de un color claro, pero después se torna más espesa y amarillenta como el pus.

La otitis externa no suele producir fiebre y no es contagiosa.

¿Cuál es el tratamiento?

En la mayoría de los casos el médico recetará unas gotas para los oídos que pueden contener antibióticos. A veces llevan corticoides para disminuir la hinchazón del canal auditivo. Pocas veces, únicamente en las infecciones más graves, es necesario tomar antibióticos por vía oral.

Para aliviar el dolor se pueden utilizar calmantes habituales como el ibuprofeno y el paracetamol.

Tras iniciar el tratamiento, los niños empiezan a sentirse mejor en uno o dos días. La otitis externa por lo general se cura en unos pocos días. Durante el tratamiento es importante que no entre nada de agua en los oídos.

¿Cómo se previene?

Después de pasar tiempo en el agua, los niños deben secarse con cuidado las orejas utilizando una toalla, e inclinar la cabeza hacia ambos lados para facilitar que el agua salga. Los oídos se deben mantener secos tras estar expuestos a la humedad. El uso de tapones puede ser recomendable como medida preventiva cuando se es propenso a estas otitis.

No se deben meter objetos en los oídos, como los bastoncillos con la punta de algodón. Los oídos se limpian ellos solos de la cera que contienen y no es recomendable realizar ninguna maniobra para extraerla.

Infografía: portalfarma.com
Fuente: www.enfamilia.aeped.es y www.gaes.es/enfermedades-oido


                                                                          
                                                                             Servicio Pediatría CS Fraga.