Diciembre, último mes de un año que nos deja un sabor amargo y al que despedimos con ganas en todos los idiomas para recibir con esperanza el siguiente. Un año largo, durante el que nos hemos dado cuenta que el mundo puede pararse en un momento y caer rendido ante un virus que ha puesto en jaque nuestras vidas.
2020 quedará inscrito en la historia, tatuado en la memoria de las personas y con cicatrices a nivel mundial. Sin duda un año que para muchos dejará huella, pero debemos seguir adelante y pensar que lo bueno siempre está por llegar.
Aunque este año las navidades sean diferentes y dado que no se van a cometer tantos excesos navideños debemos tener presentes las frutas y verduras de temporada.
El otoño avanza y nos sitúa a las puertas del invierno, que arrancará hacia finales de mes. El paisaje en la huerta se transforma poco a poco, sin renunciar todavía a la mayoría de las frutas y las hortalizas típicas de la estación otoñal.
Las verduras de invierno se consolidan y preparan el terreno para que nos adentremos en una cocina más lenta y nutritiva que nos proporcione calor interno. A su vez, el frío invita a pasar más horas en casa y a dedicarle a los fogones el tiempo que merecen.
Por esta época las reinas son ya las naranjas, que empiezan a llegar más dulces y ayudan a nuestras defensas con su riqueza en vitamina C y otros compuestos antioxidantes. Con las lechugas de invierno, como la escarola, las endibias o los canónigos, las posibilidades son infinitas.
Disfrutemos de las frutas y verduras del último mes del año.
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