El proyecto Zoe muestra cómo los vacunados que se infectan de la variante Delta tienen síntomas diferentes que al comienzo de la epidemia.
El último informe del Centro para el Control de Enfermedades Europeo (CDC) confirma la efectividad de las vacunas y deja claro que la mortalidad se hubiera vuelto a disparar sin ellas.
Contagiarse con la variante delta es muy fácil en un momento de la pandemia en el que se ha relajado el uso de la mascarilla y la cobertura vacunal aún no se ha completado. Esta variación del virus es dominante en Europa hasta el momento (a la espera de ver que pasa con la nueva variante Omicron).
Es más contagiosa que el virus original e incluso los inmunizados pueden transmitirla.
El proyecto Zoe con más de cuatro millones de voluntarios ha permitido monitorizar la evolución de las manifestaciones de la enfermedad. La variante Delta y la vacunación han cambiado lo que habíamos aprendido. Por ejemplo, síntomas tan característicos del Covid como la pérdida de olfato y del gusto, ya no son tan habituales.
Como un resfriado o una reacción alérgica
Los vacunados con la pauta completa cuando se contagian suelen experimentar con más frecuencia: dolor de cabeza, secreción nasal, estornudos y dolor de garganta y, raras veces anosmia o pérdida del olfato y gusto. Parece más un catarro convencional o los síntomas de alergia que Covid-19. Los que se infectan a mitad del tratamiento, con una sola dosis, repiten las mismas manifestaciones aunque con más tos seca persistente. Y los que no están vacunados y se infectan con Delta añaden a la posible sintomatología fiebre y tos seca.
En general, en el proyecto Zoe se vieron síntomas similares. Sin embargo, aquellos que ya habían recibido un pinchazo declararon menos síntomas durante un período de tiempo más corto, lo que sugiere que tuvieron una forma de la enfermedad menos grave y mejoraron con mayor rapidez.
Menos pérdida de olfato
Los síntomas tradicionales como aún se describen en la web del Ministerio de Sanidad, como la anosmia (pérdida del olfato), dificultad para respirar y fiebre, ocupan un lugar muy bajo en la lista de los más frecuentes en la primera etapa de la enfermedad. Con la pauta completa de la vacuna, la tos persistente desciende, por lo que ya no sería el principal indicador de tener Covid.
Curiosamente, las personas que habían sido vacunadas y luego dieron positivo tenían más probabilidades de reportar estornudos como síntoma en comparación con aquellas que no tenían ni una sola dosis.
La detección precoz de los casos es clave para detener la expansión porque durante la primera etapa de la enfermedad es más infeccioso.
Infografia 1: Silvia Casas, enfermera CS Fraga.
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